Conclusiones
del debate de influencias liberales y conservadoras
Ayer durante el debate que se
presencio en un reconocido salón de la ciudad de México pudimos recolectar los
puntos más importantes del mismo que son presentados a continuación:
Liberales
El PASADO HISTÓRICO es la economía como idea política, tienen ideas
de la ilustración, niegan su tradición hispana, creen en el antagonismo
(indios V.S. españoles). En su época prehispánica era gloriosa. Habiendo
luchado por la independencia, y con el escarmiento de la pretensión
imperialista de Agustín de Iturbide, así como otros intentos de volver atrás,
por los reaccionarios, en México se empezó a apoyar cada vez más la consigna de
la libertad y el progreso; de hecho, es el lema de la filosofía en todo el
siglo xix mexicano, defendido con muchas guerras fratricidas.
Ya en España este movimiento había
recibido un nombre: el de liberalismo, y así se le llamó también aquí.
Liberales eran quienes habían sacudido de sí mismos la servidumbre, y en sus
filas militaban tanto reaccionarios como revolucionarios, tanto clérigos como
militares y de todos los estamentos sociales.
Un enclave entre el modernismo
—que llevó a la independencia— y el liberalismo fue Manuel María Gorriño y
Arduengo, en quien se ve la transición hacia las ideas liberales.
Conservadores
El PASADO HISTÓRICO es poco, es
una aberración diabólica exceptuando la época colonial ya que fue la parte más
gloriosa.
Los opuestos a los liberales fueron llamados conservadores. El principal
pensador de estos últimos fue Lucas Alamán (guanajuato, México), fundador del
partido conservador y notable
historiador, pues escribió sus Disertaciones sobre la historia de la República
Mexicana y una Historia de México; en la primera de ellas expresó sus juicios
sobre filosofía de la historia de nuestro país. Al igual que el liberal otero,
Luis Gonzaga Cuevas, conservador, era más filósofo que polí-tico. Nació en
Lerma, Estado de México, en 1799. Estudió en el Colegio de San Ildefonso de la
capital mexicana. Fue secretario de Relaciones Exteriores y senador. Era
conservador moderado, y se negó a pertenecer a la junta de notables que trajo
al emperador Maximiliano y también rechazó pertenecer a su consejo. Murió en la
capital mexicana, en 1867. Dejó el libro Porvenir de México, en el que no se ve
como conservador ni como enemigo del liberalismo, sino como alguien preocupado
por el destino de su país, pidiendo que se acaben las luchas partidistas y se
dé la unión para hacer prosperar a la nación. Asumió su catolicismo no con una
actitud triunfalista o combativa, sino como amor al prójimo, principalmente a
los mexicanos.
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