¿Liberal
o conservador? Lo que predomina en nuestro México
En México, liberales y conservadores se enfrentan en una lucha
fratricida, que requiere de aliados extranjeros para obtener la victoria; los
primeros miran hacia Estados Unidos en busca de reconocimiento y de recursos, a
pesar del sentimiento nacional antiyanqui generado por la reciente derrota de
1848; los segundos, negocian lo mismo con ingleses, españoles y franceses (Ver
los Tratados Mon-Almonte y de Miramar). Ambos tienen escasa capacidad de
maniobra y se ven forzados a otorgar a las potencias extranjeras concesiones
onerosas para México.
A partir de entonces, los conservadores han acusado a los
liberales de haber estado dispuestos a ceder soberanía a cambio del reconocimiento
del gobierno de Juárez y de dinero para enfrentar la guerra de Reforma, ya que
para ellos, el Tratado cedía de facto soberanía sobre el Istmo de
Tehuantepec y convertía a México en una nación dependiente de los Estados
Unidos, como décadas después ocurriría con Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.
En contraste, algunos liberales
sostienen también desde entonces, que jurídicamente México no perdía sus
derechos sobre los pasos, que las concesiones que se otorgan soberanamente
pueden cancelarse; que se podía retirar la cesión a perpetuidad porque
perpetuidad no significaba eterna sino indeterminada, ya que no había sido una
compra-venta que sí es irrenunciable; además, señalan que Ocampo firmó este
Tratado con plena confianza de que podría invalidarse porque lo firmó el
presidente Juárez.
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